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Termina una intensa y extensa semana de celebración de nuestras fiestas patrias, durante la cual tuvimos la oportunidad de participar en desfiles y diversos eventos a lo largo y ancho de nuestra Región. Lo que vi en carne propia en comunas como Coquimbo, La Serena, Ovalle, Illapel, Canela, Monte Patria y Andacollo, fue mucha alegría; celebración en familia, adultos mayores participando de manera activa, respeto por nuestras tradiciones y símbolos patrios, familias enteras acompañando el desfile de un hijo, jóvenes que cada vez más se atreven con la cueca, demostrando excelente preparación y respeto hacia nuestro baile nacional.

A nivel país nos quedamos también con símbolos positivos: una parada militar que refleja el orgullo por nuestros uniformados, con récord de sintonía. También una homilía de Monseñor Fernando Chomalí que a nadie dejó indiferente. En ella hizo un llamado urgente a un gran acuerdo nacional en materia de seguridad, cuestión en la que hemos insistido desde hace tiempo. Y es que si bien concordamos un fast track legislativo al respecto, lo cierto es que -con excepción de la Ley de Reincidencia-, los ritmos legislativos no han ido de la mano con la urgencia ciudadana en esta materia, y la desoladora cifra de homicidios que nos consternan semanalmente.

También el Arzobispo de Santiago formuló un llamado a enfrentar la corrupción, criticando a quienes intentan sacar ventajas saltándose la fila. Y es que la gran mayoría de los chilenos que festejaron en estas fiestas patrias son gente de esfuerzo, que se levantan temprano, que consiguen hasta 2 o 3 trabajos para sacar a sus hijos adelante, ayudarlos a ser profesionales o emprender con mucho esfuerzo, enfrentando además la burocracia del Estado. O esos adultos mayores que luego de haber entregado una vida a Chile nos exigen como Congreso concordar una reforma de pensiones. Ese esfuerzo que hoy debemos honrar es la esencia que nos define como Nación chilena.