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Un aumento del 2,7% en el gasto público, con énfasis en la seguridad ciudadana, salud y vivienda es lo que en parte se anunció para el proyecto de Ley de Presupuesto del año 2025, que debemos tramitar en el Congreso Nacional. Y en el caso del Fondo Nacional de Desarrollo Regional, la región de Coquimbo solicitó un presupuesto de 105 mil millones de pesos, con 10 mil millones mas para inversión, los que también debieran priorizarse en estas mismas áreas y en poder enfrentar la sequía.

Lo cierto es que para aumentar el presupuesto regional de un año a otro y responder a mayores requerimientos ciudadanos y de autoridades municipales, es fundamental ejecutar bien los recursos disponibles y priorizados en las áreas de inversión y en cada comuna. Ante ello, estamos coordinados apoyando las acciones del Gobernador Darwin Ibachache, el Consejo Regional y el Delegado Presidencial Galo Luna, para lograr acelerar la ejecución presupuestaria del Gobierno Regional, traspasando presupuesto a la cartera de seguridad, aportando recursos a proyectos de la PDI, de Carabineros y Gendarmería, para responder a la demanda ciudadana de enfrentar la delincuencia común, el crimen organizado, el narcotráfico y el control migratorio. El poder financiar hoy estas acciones permitiría que el próximo año se pueda contar con mayores recursos para más seguridad.

La salud y las listas de espera deben ser otra prioridad en el presupuesto del año 2025, haciendo un esfuerzo no sólo en los recursos, sino que en la implementación de los equipos y la evaluación permanente para cumplir con los plazos, especialmente aquellas del programa de garantías Explicitas en Salud, GES, incluyendo una glosa especial para pacientes con Cáncer.

En vivienda vemos con satisfacción el cumplimiento del Plan de Emergencia Habitacional, que se debe seguir reforzando en materia de presupuesto para acelerar la construcción de casas y departamentos en los programas ministeriales. Pero creemos necesario, también, sumar recursos y energía a los programas de mejoramiento de vivienda, que son una promesa del Estado cuando las familias comienzan a vivir en sus nuevos hogares.

Finalmente, los recursos necesarios para enfrentar la sequía, que sean implementados con sentido de urgencia e inteligencia. Y que las plantas desaladoras multipropósito ya sean más una realidad y no sólo un compromiso de la autoridad.