Una buena cantidad de lluvia caída que va desde los 50 a los 130 milímetros en distintas localidades de nuestra región, nieve en la cordillera y por fin algo de agua más visible en los embalses, fueron parte de las buenas noticias que dejaron las precipitaciones del jueves y viernes en nuestra región. Lo primero es agradecer esta bendición, porque cada año durante los meses de invierno elevábamos nuestras plegarias, independiente de la fe de cada uno, esperando un milagro de la naturaleza que nos permita tener más seguridad de agua en las casas de ciudades y del campo, para regar los cultivos y para las diferentes actividades productivas.
Lo cierto es que el agua disponible hoy nos mejora el ánimo, pero no soluciona los problemas de sequía que vivimos hace décadas en las comunas de nuestra región, donde a pesar de la falta del recurso hídrico, aún tenemos suelos de buena calidad para el cultivo de alimentos. Por ello es que insistimos permanentemente en medidas de apoyo para este sector, como la profundización de pozos que solicitamos y anunciaron hace unas semanas desde el gobierno; o empujamos medidas más de fondo como la construcción de embalses, que permitan aprovechar estos eventos de abundante lluvia y acumulen agua para los años más difíciles. Por eso también hemos estado hace años convenciendo a las autoridades de la conveniencia de contar en la región con una planta desaladora multipropósito por cada provincia, considerando la necesidad de asegurar el recurso tanto para el consumo humano, como para las actividades productivas que generan puestos de trabajo.
La nota roja tras estos días de precipitaciones está nuevamente en las inundaciones que se ven otra vez y como siempre en los mismos lugares de las ciudades, afectando a familias al interior de sus hogares y en sus traslados. Tarea pendiente para el Ministerio de Vivienda y Urbanismo, junto a las municipalidades y los servicios del Estado para entregar soluciones de fondo.
Y para las familias que dependen de la Plaza de Abastos de Illapel, toda nuestra solidaridad tras el terrible incendio que debieron enfrentar. Estamos ya coordinados con el Ministerio de Economía, de Agricultura, del trabajo y los servicios del Estado para que este tradicional centro comercial y de la cultura illapelina vuelva a ser cuanto antes el orgullo de toda una ciudad.