El martes al mediodía se concretó la visita protocolar de la nueva Mesa del Senado al Presidente Gabriel Boric. Lo que era un rito republicano se transformó en una buena reunión de trabajo, donde junto al Presidente del Senado, José García Ruminot, concordamos con el primer mandatario y la Segpres (con quienes continuaremos trabajando este domingo de resurrección) las prioridades legislativas.
Fue así como establecimos la agenda de seguridad como objetivo inmediato: de los 31 proyectos priorizados con la mesa anterior, aún quedan 8 iniciativas por despacharse en ambas cámaras; entre ellas la que crea el Ministerio de Seguridad Pública, la ley de inteligencia, reincidencia, las reglas del uso de la fuerza para las Fuerzas Armadas, infraestructura crítica y resguardo de fronteras, entre otras. En relación a pensiones, coincidimos en que debemos poner todas las voluntades al servicio de un acuerdo: la ciudadanía no aceptaría un tercer fracaso.
También conversamos sobre el avance de la reconstrucción en la Región de Valparaíso, la instalación de las viviendas de emergencia y la reconstrucción de viviendas definitivas. Tampoco estuvo ajena a la conversación la situación del déficit de cupos del sistema de admisión escolar, en el que cientos de familias de la Región de Coquimbo han sido perjudicadas por un proceso que requiere urgentes cambios, poniendo a los niños en el centro, partiendo por la necesidad de concretar modificaciones legales para facilitar la creación de nuevos establecimientos educacionales, en vez de ponerle trabas.
En definitiva se trata de dejar atrás las controversias en relación al cumplimiento de los acuerdos de integración de la mesa y de comisiones del Senado, para concentrarse en sacar adelante la agenda legislativa. Tal como lo dijimos en La Moneda: lejos de ser un freno a las iniciativas legislativas, tanto el Presidente del Senado como el Vicepresidente que habla, haremos todo de nuestra parte para poner el acelerador a los mensajes y mociones que permitan solucionar demandas urgentes de la ciudadanía, para que en definitiva podamos volver a vivir en un país que crezca y que, como dijo el Presidente respecto al barrio en que vive, podamos todos los chilenos y nuestros hijos, caminar tranquilos por la calle.