Las prestaciones clínicas están en riesgo en los hospitales de todo el país por falta de insumos, debido a que los recursos no alcanzarían hasta fin de año. Así de seria es la crisis que enfrenta la salud, lo que ha sido evidenciado por representantes de los gremios médicos y ratificado por directores de hospitales.
La presidenta nacional del Colegio Medico, Ana María Arriagada ha señalado que enfrentamos un récord histórico de tres millones de personas en lista de espera, por la crisis de financiamiento que se traduce en cierre de pabellones, escasez de insumos y personal, lo que ha obligado a suspender cirugías y atenciones. El colegio médico regional Coquimbo, por su parte ha planteado que es necesario replantearse el sistema de financiamiento para buscar una solución al problema estructural que tiene el sector salud.
Esta crisis nos encuentra en plena discusión de la ley de presupuesto del 2025 en el Congreso Nacional y no es un tema de gobierno versus oposición. La alerta del Colegio Médico ha sido compartida por ex ministros como Alvaro Erazo, Enrique Paris y Helia Molina, de sectores políticos diferentes, quienes también han respaldado la propuesta de este gremio y de los demás gremios de la salud para gestionar y resolver las lista de espera, que en palabras sencillas considera más recursos para financiar el costo real de atender esta urgencia; y un Concejo de Seguimiento con representantes de diferentes sectores para asegurar transparencia y eficiencia en el uso de los recursos.
Por cierto que se debe promover la colaboración pública y privada como se hizo de manera exitosa en la pandemia, junto con priorizar más recursos para enfrentar esta crisis de la salud en nuestro país; y eso significaría reasignarlos desde otras áreas, desde otros ministerios y desde otras necesidades. Esperamos que, también, a partir de la ley de cumplimiento tributario, que busca combatir la elusión, la evasión y la informalidad, se puedan incorporar al presupuesto nacional nuevos recursos para salud y otras urgencias. Y esperamos que, como decisión de Estado, se privilegie el crecimiento económico, se permita la ejecución de numerosos proyectos de inversión que siguen atrapados en burocracia, que podrían ayudar enormemente a obtener nuevos recursos para salud y otras demandas sociales, sin necesidad de aumentar hoy la carga de impuestos.