Nadie puede decir que en febrero estuvimos desconectados: Las tragedias que significaron el incendio en la Región de Valparaíso y la repentina muerte del Presidente Piñera, marcaron los primeros días del mes. Lo de la V Región nos recordó la importancia de generar barrios y soluciones habitacionales dignas, junto a modernizar nuestra gestión de emergencia. Por su parte, las multitudinarias muestras de respeto y gratitud que marcaron la despedida del ex primer mandatario, resaltaron la revalorización de sus gobiernos, y también de los famosos 30 años; aquellos en que nuestro país era seguro, crecíamos, se reducía la pobreza, y se modernizaba nuestra infraestructura.
Terminó febrero con el macabro secuestro y asesinato del refugiado político venezolano,Teniente (R) Ronald Ojeda. Sea que haya sido obra del crimen organizado, de la dictadura de Maduro, o de ambos, se hace imprescindible esclarecer quienes estuvieron detrás de su ejecución. Por su parte, las coaliciones que nos gobiernan no pueden seguir poniendo trabas a las nuevas leyes de inteligencia, de reglas del uso de la fuerza y de infraestructura crítica en el Congreso.
El panorama no es más alentador en nuestra Región de Coquimbo. Y es que en medio de una escasez hídrica que amenaza incluso el consumo humano en comunas como Ovalle, se confirma la más baja cifra de ejecución presupuestaria en inversión pública del país, mientras el desempleo sigue aumentando. Paradojalmente, nos dicen desde el Gobierno Regional que no hay recursos para financiar obras tan relevantes como el cuarto puente de Las Compañías. Para colmo, continúa paralizada la licitación del nuevo Hospital de La Serena, que además debe albergar el futuro Centro Oncológico de la región. A propósito, quizás la única noticia buena de febrero fue la publicación de nuestra Ley de Olvido Oncológico, por lo que aprovecho de agradecer en estas líneas a las agrupaciones que nos acompañaron en esta conquista, como Oncomamás y la Agrupación de Padres y Madres de Niños Oncológicos de la Región de Coquimbo.
Se nos apareció marzo, y con ello el desafío de trabajar con sentido de urgencia, más que nunca, por revertir estos días aciagos.