A una semana de las elecciones presidenciales en Venezuela, hay dos conclusiones que resultan evidentes. Ha sido la oposición, liderada por Edmundo González y María Corina Machado la que logró el triunfo en las urnas; y Nicolás Maduro, ahora con todos los ojos del mundo sobre él, se ha comportado como el dictador que es.
En estos días ha sido el comando de la oposición quienes han aportado información contundente respecto al resultado de las elecciones, reuniendo más del 80% de las actas que dan un triunfo categórico para Edmundo. Mientras, la dictadura sin aportar ninguna evidencia se ha proclamado ganadora, ejecutando en la práctica un autogolpe de Estado, con increíbles teorías conspirativas, secuestrando a quienes podrían ser testigos de su derrota, reprimiendo y asesinando a quienes exigen que le entreguen el poder a quien obtuvo el legítimo respaldo del pueblo venezolano.
Ha sido esa evidencia la que nos ha llevado a solicitar al gobierno de Chile y al Presidente Gabriel Boric que reconozca a Edmundo González como Presidente electo de Venezuela, tal como ya lo han hecho Perú, Ecuador, Uruguay, Costa Rica, Argentina, Panamá y Estados Unidos, entre otros. Esto en coherencia con lo declarado por nuestro país, que desde el primer minuto solicitó un conteo transparente de los votos y ha llamado insistentemente a Venezuela a entregar las actas de las mesas de votación.
En Chile sabemos lo que es enfrentar una dictadura y tuvimos la capacidad de, finalmente, derrotarla en las urnas con un lápiz y un papel; pero también con mucha solidaridad internacional. Es esa misma solidaridad la que esperamos exista hoy con el pueblo venezolano, que sueña con recuperar la democracia, volver a levantar un país que fue líder en nuestro continente en economía y calidad de vida; incluyendo la posibilidad de que millones de venezolanos puedan regresar a su tierra a reencontrarse con sus familiares.
El momento actual en Venezuela es una prueba para todos los sectores políticos y para los demócratas del mundo: O se está a favor del pueblo venezolano o se está del lado de una dictadura. La comunidad internacional debe respaldar el triunfo democrático de la oposición y garantizar la justicia en este proceso electoral, asegurando que la voz del pueblo venezolano sea realmente escuchada y respetada.